León Masac*
Hay quienes vivimos, sentimos y respiramos fútbol; a poco de que comience la Copa del Mundo, nos damos un ratito para recordar a grandes escritores que hicieron del fútbol una forma de vivir, no solo su vida, sino también la de sus lectores.
Sin lugar a dudas, el fútbol constituye un elemento sobresaliente de la cultura social y política argentina, representa no sólo un deporte sino también una pasión que poco entiende de lógica, razones o fundamentos; pocos, solo aquellos que saben disfrutarlo, pueden comprender la sensación de veintidós locos corriendo detrás de una pelota con el único objetivo de embocarla en un rectángulo. Aquellos para los que el fútbol es solo un deporte más no pueden comprender el llanto por un descenso, el fastidio por un gol errado, la desazón por un “Siamo fuori dalla copa”, y mucho menos los abrazos y besos con desconocidos en la popular de un estadio. Es decir, no pueden comprender que un solo instante, un gol genere tanto; una vez escribí: “Es en ese momento donde la oscuridad y la luz, el silencio y el griterío, el triunfo y el fracaso, comparten ese instante cuando inevitablemente el Gol se presenta como la pieza más importante de una ópera que domingo tras domingo, divide y une, crea, destruye y vuelve a crear”[1].
La literatura argentina fue y es reflejo de esas sensaciones, ha puesto en palabras aquellas cosas que el corazón y la pasión muestran día a día, cuando un hombre hostil y vestido de negro (o al menos así era antes) toca un silbato y empieza a rodar la pelota.
A pocas semanas del acontecimiento más importante para un apasionado del futbol, como es un mundial, en esta columna he decidido dedicarles unas líneas a tres de los grandes escritores que han escrito sobre fútbol [2], capaz es arbitrario o tal vez sea tan solo la elección de un lector apasionado del futbol.
Está claro que si un hijo, nieto o sobrino nos pregunta de fútbol, nosotros lo vestimos de los colores que nos apasionan y lo llevamos a la cancha, pero también podemos leerles algún cuento o relato de esos personajes que Juan Sasturain, Roberto Fontanarrosa u Osvaldo Soriano nos enseñaron a conocer.
Por supuesto, escribir sobre estos cracs de la literatura argentina, nos llevaría páginas y páginas enteras para cada uno, pero como el fútbol tiene la virtud de cambiar nuestro humor en apenas segundos, vamos a darle la oportunidad a sus obras de que nos muestren sus grandezas en solo unas palabras.
“Si vos vieras lo que era la ciudad en esos días, hermano, prendías un fósforo y volaba todo a la mierda” o “hay Partidos que hay que Ganar”, nos relata Fontanarrosa en alusión al clásico rosarino entre Rosario Central y Newell’s, en su cuento “19 de diciembre de 1971”. “¿Viste que hay partidos que te agarran mal parado y en los primeros diez, quince minutos, te cagan a pelotazos?”, se preguntaba Fontanarrosa como buscando cómplices en su cuento “El pichón de Cristo”. Estos y otros cuentos fueron compilados, en 2007 por Ediciones de La Flor en el libro “Puro Fútbol”. Roberto Fontanarrosa (1944 – 2007), hincha de Rosario Central, amante del futbol y los amigos, fue un gran referente de la literatura argentina. Sus cuentos y relatos, sin lugar a duda, tienen tatuados la vida en el barrio. Expresan no solo la imaginación de un escritor reconocido por todos, sino el sentir pasional de un hombre que hizo del escribir más que un oficio, lo transformó en la forma de compartir con el otro las pasiones de la vida.
En 2008, Seix Barral editó “Arqueros, Ilusionistas y Goleadores”. Para demostrar que la obra era más que simples cuentos de fútbol en la contratapa trascriben: “Le amagué una gambeta y toqué la pelota de zurda, cortita y suave, con el empeine del botín para que pasara por ese paréntesis que se le abría debajo de las rodillas”. El autor de estas palabras, y del libro claro, es el gran Osvaldo Soriano (1943 -2007), hincha fanático de San Lorenzo de Almagro. Soriano fue un hombre que dotó a su vida de fantasía cósmica, diría algún relator de fútbol, y sus relatos y cuentos nos muestran todo el mundo de bellezas y fantasía que envuelve una pelota, dos arcos, veintidós jugadores y miles de hinchas.
Por último, debemos mencionar a Juan Sasturain (nacido 1945 en González Chaves, provincia de Buenos Aires), fanático de Boca Juniors, periodista, novelista, cuentista e historietista. Sasturain dedica gran parte de su tiempo a escribir sobre fútbol, muchos lunes, en su columna semanal del periódico Página 12, con sus palabras nos hace pensar que el partido del domingo no fue lo que vimos, más allá que haya sido un aburrido cero a cero. Hoy recuerdo su libro “Wing de metegol”, editado por Página 12 en 2007. Testigo de lo sublime del deporte predilecto de los argentinos, absorbe lo que siente un hincha por el fútbol, y en su cuento “Pasen y toquen” dice que el fútbol “es el arte de soltar a tiempo para llegar antes, de sacar la pelota del radio de posesión del rival y hacerla transitar por zonas seguras y controladas hasta colocarla dentro del arco de enfrente”; sin duda, una explicación hermosa y a la vez sencilla de lo que es el fútbol.
Qué decir de estos genios… solo leerlos; y si un domingo tu equipo te deja triste… ándate de una corrida a la biblioteca y léete un cuentito, así de esa mezcla de fantasía y realidad juntamos fuerzas para la próxima fecha volver a alentar a nuestro equipo del alma.
*León Masac, escritor aficionado, miembro del Consejo de Redacción de “Tesis 11”.
[1] Masac, Leon (2003) “Ese momento”, en http://lacolumnadelleon.blogspot.com.ar/2013/01/ese-momento.html
[2] Ya le hemos dedicado una columna (Capitulo II) al gran Eduardo Sacheri.