Un primer análisis de las elecciones en México

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Revista Nº 156

(América Latina/México)

Juan Krasner*

Análisis del gran triunfo del Morena y sus aliados en las reciente elecciones en la hermana república de México.

Un primer análisis del triunfo de Sheinbaum muestra la debacle de la oposición de derecha.

La jornada electoral se presenta como una “fiesta de la democracia” y una “elección histórica”, esto tanto por la cantidad de cargos de elección popular en juego como por el récord de casillas habilitadas para votar. Hay que recordar que las elecciones estuvieron además marcadas por muchos actos de violencia previos a la misma (34 candidatos asesinados en los últimos meses).

El triunfo de la candidata oficialista y su amplitud se basan en capitalizar la popularidad con la que cuenta López Obrador a lo largo de su mandato que combinó distintas medidas de corte progresista, que le dieron un amplio apoyo social entre sectores de trabajadores y del pueblo (como el aumento al salario mínimo, o los programas sociales), a pesar de que preservó en parte los intereses de las grandes empresas. Esto le dio al gobierno de AMLO autoridad, apoyado en una buena coyuntura macroeconómica y una importante hegemonía, apareciendo como uno de los gobiernos más estables del actual “progresismo” latinoamericano.

Además, hay que considerar que el amplio apoyo obtenido por Morena, expresa también que busca reformar el capitalismo a partir de disminuir la brecha de desigualdad social entre los más ricos y los más pobres, y las expectativas e ilusiones de millones de mujeres con la llegada al Palacio Nacional de una presidenta proveniente de Morena.

No le resultó suficiente a la derecha su discurso de “defensa de la democracia” contra el “autoritarismo” obradorista -un cinismo que finge amnesia de los fraudes electorales de 1988 y 2006 que comandaron el PRI y el PAN.

Por otro lado, los sectores de la ultraizquierda, como aquí en la Argentina, sostienen la insuficiencia que se les adjudica en las preferencias políticas del pueblo, porque sostienen que AMLO no fue lo suficientemente profundo en sus decisiones, a pesar de que su gobierno contó con el apoyo de las mayorías sindicales.

Aunque hoy la economía mexicana goza de una situación macroeconómica que es presentada como muy favorable por el gobierno, hay que considerar también que el país no está aislado de las tendencias internacionales, que afectarían su propio desarrollo.

El partido oficialista no solo logró imponerse en la Presidencia, sino que también en la gran parte de los otros cargos que estaban en juego. Según resultados anticipados, el partido Morena, en coalición con el Partidos del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista (PVEM), podría tomar la mayoría de al menos dos tercios en ambas cámaras del Congreso. Obtuvo la mayoría absoluta en 22 de las 32 legislaturas.

Al recuperar la mayoría en ambas cámaras podría garantizar la aprobación de las reformas pendientes del Presidente López Obrador de implementar las  iniciativas constitucionales que presentó el pasado 5 de febrero que incluyen entre otras, modificar el sistema electoral y elegir por voto popular a jueces y miembros de la Suprema Corte, reconocer a los pueblos, comunidades indígenas, y a los pueblos afromexicanos como sujetos de derecho público, reafirmar el derecho a la pensión de adultos mayores a partir de los 65 años y aumentar el monto cada año, otorgar becas a estudiantes en todos los niveles de escolaridad, garantizar atención médica general gratuita para todos los mexicanos. Y una más que preocupa a la oposición que es la de proscribir en el territorio nacional el maíz transgénico y la extracción de hidrocarburos mediante el fracking.

Este año, nueve de los 32 estados de México se disputaban en las elecciones. De estos, la alianza de Morena logró ganar siete, entre ellos la capital, según resultados preliminares, y podría imponerse en 11 de las 16 alcaldías de la capital. En el 2021, solo había logrado controlar 7 de las 16 demarcaciones y ninguna del oeste.

La gran sorpresa de las elecciones de 2021 fue el avance de la oposición en Ciudad de México que dejó una capital partida en dos. Al oriente, pintado de guinda y gobernado por Morena; al poniente, de color azul y en manos del PRI – PAN – PRD. Tres años después la historia es completamente distinta: Morena ha vencido en 11 de 16 alcaldías y ha recuperado el terreno en disputa. El partido oficialista se ha llevado, además, la Jefatura de Gobierno por un amplio margen y la mayoría de diputados en el Congreso local.

El efecto arrastre de Claudia Sheinbaum en las presidenciales, la capacidad de movilización de Morena en las alcaldías, la apuesta fallida de la oposición por centrarse en la Seguridad Pública, o el voto masivo de jóvenes y adultos mayores, son algunas de las razones que dan los expertos tras los resultados.

Ciudad de México siempre fue un territorio que el partido gobernante y, sobre todo, la próxima presidenta, no querían dejar escapar. “La elección de Ciudad de México no se explicaría del todo sin el efecto que tuvo la elección presidencial. Triunfar en la Ciudad de México le dará una paz tremenda a la Presidenta y supone tener una presidencia con la mitad de problemas que los que iba a tener si la oposición controlaba la capital. En Morena entendieron que no era un escenario favorable que la oposición ganara la capital y decidieron realizar un duro trabajo, para posicionar a Sheinbaum para la ciudad. Los expertos coinciden en que ese interés de ganar Ciudad de México, la joya de la corona en la que nació Morena, se tradujo en un trabajo especial de la candidata en la campaña, con muchas visitas y mucha presencia.

Otra de las claves del éxito de Morena estuvo en las alcaldías donde está el perfil de los votantes más próximos a Morena, jóvenes y adultos mayores optaron por el partido oficialista. Hay claramente una identificación con el programa de pensiones universales para adultos mayores y la promesa de ampliarlo. Otro grupo importante en términos comparativos fueron los jóvenes a quienes la coalición gobernante prometió que se ampliarían las oportunidades de acceso a la educación media y superior, en un país en el que el 30% de los que terminan secundaria no tienen acceso al Bachillerato.

Participación histórica de las mujeres.

La ley de paridad en todo el país asegura que “la mitad de los cargos de decisión serán para las mujeres en los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial), en los organismos autónomos, en las candidaturas de los partidos políticos a cargos de elección popular, así como en la elección de representantes ante los ayuntamientos en los municipios con población indígena; además, se incorpora el lenguaje que visibiliza e incluye a las mujeres”.

Según datos del Instituto Nacional Electoral (INE), actualmente hay nueve estados encabezados por una mujer: Guerrero, Baja California, Colima, Estado de México, Campeche, Tlaxcala, Aguascalientes, Chihuahua y Quintana Roo. En el caso de Yucatán, la gobernadora en funciones también es una mujer.

Los planes de Sheinbaum para ofrecer internet gratuito anticipan choques con las empresas de telecomunicaciones.

La patronal critica la apuesta por un modelo basado en que el Estado compita con las empresas en un momento en que el sector experimenta caídas en los ingresos

El Gobierno de Claudia Sheinbaum, quien tomará la presidencia de México en octubre, buscará competir con las empresas de telecomunicaciones en un momento en que el sector experimenta caídas en los ingresos. Según José Merino, titular de la agencia digital de innovación pública de la Ciudad de México y una de las figuras más cercanas de la presidenta electa, la nueva Administración ofrecerá internet gratuito como una “alternativa” a los servicios privados y buscará que el sector privado despliegue mayor infraestructura para ampliar la cobertura y elevar la calidad. “En el centro de la agenda tiene que estar la provisión de internet público”, eso implica que a donde no lleguen los privados tiene que llegar el Estado y que todo mexicano debe tener una alternativa cercana, gratuita, abierta y libre, de conectividad, según el nuevo programa. Esta opinión está en línea de continuidad de lo propuesto por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sabemos que Sheinbaum alcanzó un desempeño mayor en los estados más pobres del país ―Chiapas, donde superó a Gálvez por casi 55 puntos; Oaxaca, donde sacó una ventaja de casi 62 puntos, y Guerrero, más de 52 puntos. En cambio, el margen de Sheinbaum se ubicó por debajo del indicador nacional en varios de los estados más ricos, como por ejemplo Chihuahua (17 puntos), Nuevo León (nueve puntos), Querétaro (13 puntos) e incluso la Ciudad de México (más de 20 puntos).

¿Qué explica este resultado sorprendente y, en apariencia, contradictorio? Contradictorio porque la elección fue, sin duda, un plebiscito sobre el actual mandatario, y el porcentaje obtenido por Sheinbaum se asemeja a sus niveles de aprobación, pero predecesores de López Obrador (como Zedillo, Fox y Calderón) disfrutaban de una popularidad análoga y no la pudieron transferir a sus candidatos preferidos.

Existen explicaciones estructurales y subjetivas en la oposición y en el frente oficialista. Ninguna de las que se mencionan a continuación explica por sí misma lo acontecido, pero juntas, sí. En primer lugar, figura lo que se ha llamado en México la “elección de Estado”, es decir, la intervención del presidente y del gobierno en el proceso electoral, (violando la letra y el espíritu de la normatividad según la oposición). López Obrador utilizó sus conferencias “mañaneras” para apoyar a Sheinbaum y para atacar a Gálvez (desde junio del año pasado).

Al mismo tiempo, Sheinbaum logró fijar dos ideas en el imaginario colectivo de los sectores populares. En primer lugar, estableció una identificación completa con López Obrador, sin permitir que surgiera la más mínima diferencia entre ambos. Para los sectores que idolatran al presidente en funciones, dicha asociación se convirtió en garantía de la continuidad de sus políticas y de la permanencia de AMLO como ángel de la guarda. En segundo término, Sheinbaum transmitió una imagen de seriedad, de disciplina y de estatura científica que le inspiró confianza a mucha gente, incluyendo a la prensa internacional.

Por último, los programas sociales del gobierno contaron mucho. En una encuesta que se llevó a cabo antes de los comicios, 64% de los entrevistados que recibían apoyos oficiales declaró su intención de votar por Sheinbaum. Más de 30 millones de hogares son destinatarios de algún tipo de beneficio asistencial. Esta quizás fue la explicación más determinante en el triunfo de Sheinbaum.

Del lado de la oposición, intervinieron varios factores, del que conviene subrayar que resultó imposible borrar e incluso aminorar el descrédito de los partidos que han gobernado a México desde el año 2000: Acción Nacional (PAN) y el viejo PRI, que estuvo en el poder desde los años 20 hasta 2000, para regresar en 2012. El recuerdo de la incompetencia y la corrupción de sus gobiernos, constantemente evocado por Sheinbaum.

La derecha está espantada, dicen que “se ha utilizado el sistema democrático para limitar la vida democrática”. Los cambios que ha propuesto López Obrador, entre otras cosas, reducirían el número de legisladores en el Congreso y harían que los magistrados de la Corte Suprema fueran elegidos por votación popular. Como también que los funcionarios electorales sean elegidos por votación popular, una medida que, a la oposición, que la usaban a su favor, no lo aceptan.

Esta elección deja muchas enseñanzas para nuestro propio desarrollo en Argentina, sin que se deba hacer de ellas una copia textual.

* Juan Krasner, integrante de la Comisión de América Latina de Tesis 1.

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