(dossier América Latina: artículo 7 de 7)
Traducido del portugués por Amado Heller*
Resolución aprobada por el Directorio Nacional del Partido de los Trabajadores, el 19 de noviembre de 2010, sobre el resultado de las elecciones nacionals que consagraron a Dilma Roussef.
La fuerza del pueblo fue el factor determinante de la victoria del 31 de octubre.
El Directorio Nacional del Partido de los Trabajadores saluda a los millones de brasileños y brasileñas, especialmente a los cientos de miles de activistas de los partidos y movimientos sociales que salieron a las calles para asegurar la elección de Dilma e impedir el retorno de las fuerzas del atraso, con su discurso rabioso y de extrema derecha.
La elección de Dilma Roussef garantiza la continuidad y profundización de los cambios iniciados con la elección de Luis Inácio Lula da Silva en 2002.La elección de una mujer para el puesto principal del país es en sí mismo un símbolo de esta transformación.
Además de elegir a Dilma, el PT tiene ahora la mayor bancada en la Cámara, con 88 diputados, y aumentó de 8 a 14 el número total de senadores. En conjunto, los partidos que apoyan a nuestra candidata han construido mayoría en ambas cámaras. En los estados, la coalición eligió 15 de los 27 gobernadores, 5 de ellos del PT.
La compañera Dilma recibe un país muy diferente del que Lula encontró en el 2003. Hoy Brasil ha superado el estancamiento y retomó el crecimiento, combinándolo con la inclusión social y la distribución del ingreso. Además los cambios se produjeron en un clima de fortalecimiento de la democracia.
A pesar de ello, el futuro no debe ser encarado con un optimismo irresponsable que nos impida ver, y sobre todo afrontar, los grandes desafíos que aún tenemos por delante, entre los que se destaca el objetivo determinado por Dilma: eliminar la pobreza absoluta en el país.
El Partido y el Gobierno deberán prestar especial atención a la evolución internacional, dominada por grandes incertidumbres en la vida económica y política, de las cuales la “guerra cambiaria” es sólo uno de los síntomas.
Internamente, la urgencia se coloca sobre la reforma política e institucional y la democratización de la comunicación. Es además una responsabilidad del Partido, ayudar a la renovación de la cultura política del país.
Respetando la libertad de prensa y de expresión, el PT está calificado para desplegar un debate profundo sobre el conservadurismo que está incrustado en sectores de la sociedad y en los medios de comunicación.
Esas medidas son esenciales para superar el descrédito de amplios sectores de nuestra sociedad hacia los partidos y las instituciones.
El PT tiene la compleja responsabilidad de ser la principal fuerza de sustentación del Gobierno de Dilma, ayudando a organizar y ampliar la participación de la sociedad, especialmente de la juventud, a favor de las demandas democrático populares.
Es responsabilidad del Partido, respetando las creencias religiosas e ideológicas, enfatizar en el carácter laico del Estado brasileño y en la defensa de todos los sectores de la sociedad que históricamente han sido y son objeto de discriminación.
Como partido de izquierda y socialista, el PT continuará defendiendo la plataforma aprobada en su Congreso, para que Brasil continúe avanzando y se consolide como una democracia moderna y soberana, económicamente sustentable, y permanezca como referencia para todos los que luchan por un mundo más justo, más democrático, más fraterno, menos desigual y sin prejuicios.
En el umbral de un nuevo período de nuestra historia política, el Directorio Nacional del Partido de los Trabajadores celebra al Gobierno del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva como responsable de la más profunda transformación de nuestra historia reciente.
Está seguro de que el trabajo de estos últimos ocho años tendrá continuidad y grandes avances en los próximos cuatro años, con intensa participación del pueblo brasileño.
Brasilia, 19 de noviembre de 2010.
Directorio Nacional del Partido de los Trabajadores
*Amado Heller, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11