GUILLERMO VARELA*
Una Red de Organizaciones Sociales y Políticas A partir del 28 de junio pasado, un conjunto de organizaciones sociales y políticas confluyeron en un espacio que busca aportar a la construcción de una gran fuerza popular que articule grandes masas, con autonomía, con espíritu liberador, y rescatando las grandes tradiciones de lucha de nuestro pueblo.
Los primeros pasos. Luego de las elecciones de medio término del próximo pasado 28 de junio una serie de organizaciones decidimos juntarnos para evaluar las consecuencias de los resultados de las mismas, e implementar nuevas formas de reagruparnos. La convocante principal, y que se constituyó en sede de estas reuniones fue la Organización Barrial Tupac Amaru, a la que nos sumamos numerosas agrupaciones de distintos orígenes y conformaciones.
Allí, y tras una lógica decantación, persistimos en el encuentro, representantes de la mencionada Tupac Amaru, del Movimiento 26 de julio, del Partido Comunista, de la Agrupación Envar El Kadri, del Espacio Carta Abierta, de Tesis 11, y de otras organizaciones sociales, políticas, y territoriales, interesadas en construir colectivamente una salida a la crisis. Una convicción de derrota de nuestro pueblo fue uno de los primeros acuerdos surgidos de la discusión política, y no era el objetivo que eso se constituyera en una catarsis grupal para aliviar conciencias, sino que se asumía que desde el lugar de interpretar correctamente la realidad, íbamos a emprender el camino de la recuperación popular.
Desde el comienzo se acordó darle al proceso de confluencia, los tiempos que muchas veces la realidad política no nos permite. No es que ignoráramos la gravedad de la coyuntura, ni que prescindiéramos, si era necesario, de intervenir en ella. Movilizándonos cuantas veces hiciera falta. Pero siempre primó la certeza de que no podía ser una mera encrucijada electoral la que nos juntara y desuniera, subordinándonos a su dinámica irremediablemente. Y nunca lo hicimos desde un desprecio a la participación institucional, a la que consideramos muy importante. Sabemos que ha habido otros intentos de construcción como en el que ahora estamos embarcados, y también creemos saber porque fracasaron, ya que muchos formamos parte de ellos.
Y algunos están intentándolo nuevamente, y lo valoramos, pero percibimos que se están transitando los mismos caminos sin destino. El FOP, y el Patria para todos, lograron acumular en un punto una gran masa de compañeros, y algunos, erróneamente, cargaron todas las tintas en la falta de voluntad del Gobierno de Néstor Kirchner de impulsar fuertemente ese espacio como base de sustentación de un gran Movimiento Nacional. No negamos que este factor puede haber tenido incidencia, ya que siempre un líder sintetiza muchas voluntades que dispersas tardan mucho mas en conciliar, pero sabemos de las enormes competencias desatadas entre organizaciones y/o dirigentes significativos de las principales fuerzas integrantes de estos dos grandes emprendimientos, y cuanto estas posiciones veleidosas contribuyeron a abortar el proceso. Lo que no pasó.
Cuando decíamos que si era necesario saldríamos a intervenir con la movilización, y de esta manera bancar a este gobierno actual de Cristina Fernández de Kirchner, lo hacíamos desde la primera impresión de que su debilidad inmediata a la derrota así lo podía requerir. Y también desde la unanimidad de pensamiento de que, pese a todas sus contradicciones, y sabiéndolo en disputa con numerosas fuerzas que desde su interior lo tironeaban hacia la derecha, podíamos considerarlo, indudablemente, como un gobierno legítimo y constitucional, que en muchas de sus políticas fundamentales había favorecido al conjunto de nuestro pueblo.
A medida que los encuentros avanzaban, coincidíamos en vislumbrar que la única salida a la derrota quedaba para adelante, es decir con mas medidas y propuestas a favor de las mayorías populares, y que ceder ante cualquiera de las agendas de retroceso que planteaba la oposición y el poder económico, solo acelerarían la caída. Afortunadamente este rumbo fue el que se tomó, se convoco a un diálogo político poniendo en conflicto a muchas fuerzas de la oposición, se lograron extender las facultades para poder imponer tributos a los que mas tienen, se lanzó un novedoso plan de economía social con eje en las Cooperativas, y se envío al Congreso el fundamental proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales basado en los 21 puntos de la Coalición para una Radiodifusión Democrática.
El gobierno logró aprobarla en la Cámara baja, y con esto ha recobrado fuertemente la iniciativa política, y se encamina a la más dura batalla en la Cámara alta, donde el año pasado sufrió una dura derrota al no poder imponer la resolución 125. El haber liberado de retenciones a los productores de trigo y maíz, seguramente debilitará el frente agrario que fue masa de maniobra de ese final «voto no positivo » del intolerable vice-presidente Judas Cobos. Aún así sabemos que la derecha política y económica nunca descansa, y que jamás perdonarán a este gobierno un conjunto de medidas y alineamientos, que nosotros elogiamos fervorosamente, y que ellos consideran el «eje del mal».
Por ello permaneceremos alertas y movilizados. Y sin cejar ni un instante en la tarea de organizarnos como pueblo. Dando más pasos. Decíamos de darnos tiempos para coincidir con la profundidad que requiere una construcción sólida. También se propuso no cerrar un nombre para el nuevo agrupamiento por temor a cerrar la puerta a nuevos integrantes. Elaboramos un primer documento con puntos de coincidencia, y empezamos a desplegar las reuniones en distintos lugares de la Patria. Algunas organizaciones empezamos a intercambiar entre nosotros experiencias de trabajos conjuntos.
Los compañeros con mayor experiencia en las tareas sociales nos contaban de las dificultades de superar algunos valores impuestos por tantos años de neoliberalismo, y como eso se reflejaba en la integración de los distintos grupos. Pero que al fin y al cabo, con tesón y persistencia, se lograba consolidar los colectivos. La invalorable experiencia jujeña de la Tupac Amaru, es en ese sentido una guía para tomar en cuenta en balance del conjunto de organizaciones sociales, y sus distintos desarrollos. Cuando algunas no han logrado superar vicios clientelares, y/o han fallado rotundamente en sus orientaciones políticas.
Muchos de nuestros compañeros invitados a los distintos emprendimientos afincados en la Provincia de Jujuy, han comprobado como una organización, con acción y participación ha logrado revertir la situación de miles de habitantes de uno de los lugares más pobres del país. Una iniciativa innovadora. El plan de Cooperativas territoriales antes mencionado, lanzado hace pocos días por la presidenta de la Nación, parece configurar un cambio importante en la forma en la que el Estado interviene en el desarrollo económico de los sectores mas postergados. Serán grupos de 60 trabajadores que realizarán tareas de infraestructura en obras de menor envergadura en numerosos localidades de nuestro país.
Habrá más de 1500 de estas Cooperativas, abarcando en su totalidad a más de 100.000 personas. Percibirán una remuneración aproximada al salario mínimo ($ 1.500), y la misma se hará efectiva a través del sistema bancario. Cada trabajador tendrá una tarjeta con la que extraerá su dinero. Se dificultará de está manera cualquier intermediación compulsiva en el ingreso de cada compañero. Las obras serán determinadas por cada municipio o por cada organismo público o por cada ONG, y la provisión de materiales y herramientas también serán su responsabilidad. El Estado Nacional es el que deposita los fondos para las remuneraciones. El gran desafío. La organización de cada unidad de trabajo será la gran tarea de construcción política.
Y decimos política porque pensamos que la economía es parte de ella. Como integrantes de una Red de Organizaciones Sociales contribuiremos al intercambio de experiencias entre estos compañeros que en muchos casos accederán por primera vez a un trabajo formal. No pretenderemos saltearnos etapas, ni fomentaremos apresurar los procesos. Propiciaremos la participación de todos los compañeros en las discusiones, y estimularemos que la dinámica sea producto de las iniciativas del grupo. Si hace falta, retrocederemos unos pasos, para cobrar mayor impulso.
Sin definirlo en una frase, o en un concepto breve, en estos párrafos hemos hablado de la economía social que soñamos. Trabajadores organizados, tomando decisiones en conjunto, fijando liderazgos si son necesarios, y participando de la vida política de la Nación como una convicción colectiva. Y en ese marco, un Estado persuadido de que la mejor forma de aportar a este proceso es que las políticas de fomento de la economía social no busquen tan solo tapar agujeros o poner parches, sino que sean estimuladoras de estas construcciones descriptas.
No se trata de transitar el camino de los mercados tradicionales, ni de las relaciones laborales preexistentes, sino de contribuir a que los trabajadores sean dueños del fruto de su propio trabajo. Tampoco se tratará de traccionar de las narices a nadie, o de apurar el paso de los más lentos. Caminaremos al paso de ellos, y nadie será más que nadie. Para que en un futuro no muy lejano, seamos como pueblo, artífices de nuestro propio destino.
*Guillermo Varela: Agrupación Envar El Kadri – Peronismo Revolucionario en la Red de Organizaciones Sociales y Políticas