Venezuela y la batalla actual.

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(Latinoamérica)

Roberto Papadopulos*

La República Bolivariana de Venezuela, es aún hoy, desde el fracasado intento de golpe de estado contra el gobierno de Hugo Chávez en 2002, un campo de batalla donde los grupos concentrados de poder económico, la embajada de los Estados Unidos y los grupos mediáticos, despliegan toda su estrategia con el objetivo de hacer fracasar y derribar la experiencia popular iniciada el 2 de Febrero de 1998.

La actualidad de América latina, tal como lo señala Emir Sader muestra “un proceso de recomposición de fuerzas conservadoras en países de gobiernos progresistas en el  continente”. Ejemplo claro, de esto, es el accionar que despliegan en Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador y muy especialmente en Venezuela.

Que se proponen ? La restauración neoliberal. Volver  a las políticas de los 90 con todas las consecuencias de entrega del patrimonio nacional, miseria y desocupación. Resulta llamativo la similitud del discurso y la metodología que utilizan. Coinciden plenamente con los contenidos de los manuales editados por el Departamento de Estado. Ponen caras nuevas, desde Héctor Capriles en Venezuela, Luis Lacalle en Uruguay, Marina da Silva en Brasil y Sergio Massa en Argentina. Todos son sostenidos por los grandes grupos económicos y sus  medios de comunicación. Medios que, como dice Sader,  en todos los países despliegan la misma campaña:

a)      Rol desestabilizador de los medios de comunicación privados, con la fuerza que su control monopolista propicia.

b)      Campañas de denuncias de supuestas irregularidades de los gobiernos, que sirven para debilitar su imagen frente a la opinión pública, así como para descalificar a los Estados, gobiernos, partidos, política, como forma indirecta de ensalzar al mercado y a las grandes empresas privadas.

c)       Acción para crear clima de pesimismo frente a la todas las medidas de los gobiernos. Desánimo, desaliento y hacer bajar la autoestima. Poner a las fuerzas populares a la defensiva.

d) Desabastecimiento, de lo cual se acusa al gobierno, cuando es provocada por quienes controlan, aún, la economía. Inflación, operaciones en los mercados de divisas, contrabando. Intentos de golpes de estados con acción de grupos especiales como se demostró en Venezuela a partir de Febrero en las guarimbas.

Justo es señalar que si bien, la Revolución Bolivariana infligió grandes derrotas a la   derecha, tanto en el campo electoral, político, militar, cultural e internacional, y produjo grandes cambios a favor de los intereses populares, quedan el frente económico y el mediático, donde conservan un gran potencial, que necesitan cambios que profundicen el rumbo democrático popular. Tres son los enemigos fundamentales de la revolución que están unidos; el gran capital financiero internacional, que manipula a su antojo el mercado de capitales y el mercado importador-exportador de productos de alto consumo; la burguesía nativa apátrida, rentista y parasitaria que controla la industria y el comercio en alianza con las trasnacionales. Asimismo es importante señalar que, dentro del aparato estatal que se va construyendo en el proceso revolucionario, se hace necesario acrecentar la lucha por sacudir la ineficacia, el burocratismo y la corrupción, flagelos, que debilitan y alejan la participación popular, elemento indispensable para obtener un triunfo sobre los planes de los enemigos.

El gran Sacudón

Hace pocos días el presidente de la República, compañero Nicolás Maduro en un discurso al país planteó un nuevo “sacudón”. Una nueva etapa del proceso revolucionario. Un nuevo desafío, ya planteado y debatido durante la realización del III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Cuál es el objetivo principal; resolver a favor de los intereses populares, la contradicción entre el viejo Estado burgués rentista y parasitario del capitalismo venezolano y el estado popular revolucionario. Una tarea que requiere, un gran debate y una cantidad de medidas para enfrentar a los enemigos de la revolución.

Esta inmensa tarea propuesta y necesaria de desmontar a ese “viejo monstruo de mil cabezas” y construir un nuevo poder político-económico-social-comunal, requiere de la indispensable participación popular. De una democracia participativa y esencialmente protagónica.

Por eso, tal como se señala, el plan no sólo tiene un carácter defensivo contra la guerra económica y mediática, con consecuencias de inflación, desabastecimiento, corrupción y contrabando, sino ofensivo, atacando la estructura misma que ha facilitado y promovido la guerra económica.

Las cinco grandes “revoluciones” propuestas

En primer lugar, las tareas de la etapa pasan por avanzar en una Revolución económica, que desarrolle una economía diversificada, con capacidad para satisfacer las necesidades materiales del país, y que por lo tanto sea menos dependiente de las divisas y menos vulnerable a la acción de los grupos económicos importadores, rasgo que caracteriza a la burguesía en Venezuela desde hace casi un siglo, a partir de la matriz mono-productora de petróleo.

En segundo lugar se convocó a la revolución del conocimiento, la cultura, la ciencia y la tecnología.

En tercer lugar, la profundización de la revolución de las misiones sociales, para lo cual hace algunos meses integró a todas las iniciativas en un sistema de Misiones, que tiene como principal objetivo garantizar educación, salud, alimentación y vivienda a toda la población y en particular, llevar la pobreza extrema de 6,5% a cero.“El objetivo es transformar todas las estructuras y los restos del Estado burgués y construir un Estado democrático popular, un Estado en manos del pueblo”.

Reivindicó que este proceso se sustenta en “la voluntad y la vocación de poder político del pueblo, de la mujer y el hombre de a pie”. Según señaló, esto es fundamental para garantizar los cambios profundos, “porque el pueblo puede adormecerse y dejar que poco a poco unos burócratas tomen el poder por ellos. Y después los burócratas terminen en manos de grupos económicos y cuando menos lo esperamos, vuelven a regenerarse las viejas formas de gobernar, dominar y saquear la Patria. Esa es la verdadera contrarrevolución, la que va silente, por abajo, conquistando espacios, corrompiendo funcionarios”, advirtió.

Para ello se impulsarán instancias específicas de participación popular y articulación con la Presidencia y se desarrollará un proceso de simplificación de los trámites públicos. Para el primer punto, el anuncio más importante fue la creación de los Consejos Presidenciales Populares

Por último, la quinta transformación a la que convocó es a la Revolución del socialismo territorial, “para la consolidación del modelo comunal, para que asumamos entre todos el nuevo modelo ecosocialista”.

Un desafío enorme y apasionante planteado que depende del pueblo venezolano, de sus dirigentes obreros y populares, de su gobierno y de la solidaridad de América Latina. La historia, sin duda, resolverá la incógnita.

*Roberto Papadopulos, periodista, miembro de la Comisión de América Latina y del Consejo Editorial de Tesis 11.

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